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El hecho de no poder ponerle nombres a Ellos, no significa que no existan. Puede ser que no estén organizados  y que imaginarse un Club Very VIP, sea una fantasía conspirativa 
Pero algo está pasando.
Nosotros, que somos los giles- los pescaditos nadando sin ton ni son en el cosmos- no tenemos acceso a la información ultra secreta, ni a los círculos del verdadero poder, pero podemos abrir los ojos y ver cientos de patrones  que andan repitiéndose en el mar que es el Inconsciente Colectivo, como mensaje de náufrago en botellas con forma de televisión.
Yo veo que hay cada vez mas series y películas  cuyo argumento es más o menos así: fin del mundo con pocos sobrevivientes sumado a amenaza por virus o  zombis u otros bichos. Mucho contenido que refuerza en el inconsciente ideas interesantes (y útiles para algunos), a saber: es “normal” que solo unos pocos sean los que se salvan, los virus, la estupidez humana, el agotamiento de los recursos, son inevitables y POR LO TANTO NO VALE LA PENA resistirse, y los “otros” , el enemigo, es el distinto: el que quedó jodido, infectado, zombi, lobo,vampiro,marciano (si viene de otro planeta).
Mucho contenido girando en torno a este tema: acostúmbrense, que esto se acaba.
También las noticias “reales” (por llamarlas de alguna manera, a pesar de la descarada manipulación de unos y otros bandos) ponen sobre la mesa- mas que nunca, gracias a la magia de la tecnología global- terremotos,  guerras, éxodo y hambrunas, que ya no se ocultan tanto atrás de ideales nobles e infantiles como Patria, Valores y Tradición, sino que se plantean sus causas menos elevadas pero más ciertas: lucha por el control de los recursos naturales, comercio, supremacía armamentista, control de los datos globales que mueven a el rebaño a consumir. O  sea: dinero.
Y ahora a casi nadie le parece  mal hablar de dinero. Todos quieren tener más y muy pocos son los que plantean el problema principal del dinero : la manera  en que está distribuido, que en promedio sería que un 2% de la población controla y posee el 90% de los recursos de todo el mundo.
Tras el fracaso del modelo comunista, la lucha constante de la izquierda intelectual, el anarquismo relegado a la página policial o al hospital psiquiátrico, el socialismo atado de pies y manos- rehén del capitalismo salvaje- casi no queda lugar para el debate, para hablar del elefante en la sala. ¿Es justo que tan poca gente disfrute la fiesta y que tantas, tantas personas paguen la cuenta y encima laven los platos?.
Nosotros los giles, que somos los del medio, alimentamos a la bestia y mantenemos vigilados a los más desesperados, en este panopticum perverso. 
Alimentamos a la bestia al no intentar cambiar nuestros hábitos de consumo (¿aún vamos a Zara por la remerita más barata?).
Nosotros, los que podemos cambiar nuestros hábitos, porque aún tenemos hábitos y consumo. Nosotros que en vez de indignarnos  con las políticas que asisten, bien , mal o más o menos a los más jodidos, deberíamos ver en que se puede colaborar. 
Yo creo que nuestra ruina no es el populismo, sino la indiferencia. 
Nuestra ruina es querer ser como los muy ricos, entrar de alguna manera por la puerta de oro del 2% y no ser capaces de empatizar y acercarnos de corazón a los mas pobres. Tenemos miedo de los que están más jodidos (son nuestros zombies, casi no humanos, potencialmente peligrosos).Y envidiamos profundamente a los ricos y famosos, a esos payasos con millones de seguidores, los que están siempre invitados a la fiesta all inclusiv de los very vip. Si nos encontramos con estos, hacemos la reverencia; si nos topamos con los otros, les arrojamos piedras. Entretanto, mantenemos la cosa (la mente) en calma, mirando series y películas  por streaming, acostumbrándonos (vía auto hipnosis por wi-fi) a que no hay esperanza, por eso no vale la pena cambiar nada, porque se viene el fin y con algo de suerte  seremos de los pocos sobrevivientes, los elegidos, para seguir  reptando por el mundo en ruinas.
Bg (2023)

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