Oaxaca, mi amor
Damos vueltas
por esta ciudad
siempre un poco
perdidos
sacando lo
mejor y lo más lindo a cada día,
ávidos de
milagros
rodeados de
señales
cada esquina es
una excusa para besarnos
y apenas
soportamos
soltarnos de
las manos.
Así voy yo,
por las calles
de Oaxaca,
como embrujada
respirando
apenas,
pendiente de
tus ojos,
de tu boca por
momentos triste.
Y escucho
entre los
ruidos de la ciudad
tu corazón
latir:
toda la
gravedad de tus heridas,
y me aplasta
contra las piedras
de las calles
de Oaxaca
el peso de tus
recuerdos,
que son el aura
que te rodea
de sombras y de
luces y de silencios.
Y yo voy con
vos
por las calles
de Oaxaca
tratando de
bajar mis decibeles,
pataleando de
alegría
y de
impaciencia,
le digo a mi
cuerpo:
“¡No bailes!
¡estamos de duelo!”
pero se me
escapan las sonrisas
voy dejando mi
alegría
por las calles
de Oaxaca,
como pétalos de
esas margaritas
del me quiere
mucho poquito o nada.
Trato de
caminar despacio
para ir a tu
ritmo
tu paso lento
de león herido
y de pronto
tus ojos brillan
de esperanza y alegría
cada vez que te
das cuenta
que te miro y
que te veo.
Por un rato entendés
que te amo
y casi
crees
que me andas
queriendo.
Entonces Oaxaca
es una fiesta
mi amor
la fiesta de
nuestros
dos corazones,
perdidos.
b.g (Oaxaca, Julio
2018)

quiero leerte un cuento corto la loba se llama!!
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