La desordenada
Dispersa
en rostros y fechas me fui deshilvanando;
me
vistieron de palabras que eran tontas y fabulantes
pero
olvidé contradecirlas
y me
quedé muda, cubierta la frente de etiquetas.
Me
dejé llevar por manos pasajeras
que
retocaron aquí y allá mi biografía inédita
y yo,
sinceramente ausente,
me
dediqué con vocación a no ser nada.
Pero
puedo jurar que alguna vez viví,
alguien
debe saber que fui capaz de algunas palabras ciertas,
una
lágrima, una risa ingenua.
Quisiera
mostrarles que soy alguien,
quisiera
señalarles que algo he sido;
pero no sé la dirección de los
testigos.
Comentarios
Publicar un comentario