Equilibrios precarios

Se puede añorar toda la vida 

cierto cliché del glamour:
Terrazas bellísimas junto al mar,
Adornadas con toda la gracia del pasado literario.
Tánger, en los años 50
Taormina, en los 30
Tal vez el Berlín de los locos años 20 de entre guerras,
Paris de ayer, de hoy y de siempre,
Imágenes de gente muy bella
Que viven de no se sabe qué,
Que nunca se fatigan de ser bellos y jóvenes,
Ni de estar enamorados
Todo ese anhelo de juventud
Que nos pervive y en cierto modo nos pervierte por dentro,
Imágenes editadas por la industria del cine
O que respiran entre las páginas de ciertos libros
Y nos orillan a vivir una vida a medias:
Nunca satisfechos del presente. De lo real.
Se puede añorar todo eso que uno no ha sido,
Y sin embargo vivir una existencia
En cierto modo ordinaria, común, por momentos feliz,
Una vida embellecida con los sueños de la vigilia,
Nadadores incansables de paraísos siempre esquivos,
Soñadores perdidos en el inmenso cosmos.
Minúsculos habitantes de un planeta al borde del universo,
En el filo del abismo de nosotros mismos.
Somos seres humanos en equilibrio precario.

b.g (México, agosto de 2018)