ACTA DE PROTESTA Número 4
Fue
imposible résignarrne
al destino que gobierna la lógica.
No
quise aprender las plegarias de ollas y de trapos
y me
negué a esperar eternamente
a que se abra la puerta
para
que entre un hombre y me encuentre
perfumada
y misteriosa
para que lo devore entre mis brazos.
y no
quise jugar ese juego estúpido que no es amor
sino
comercio,
ofreciendo
cuerpo y alma a cambio de un lugar seguro,
no
quise ser el centro natural del hogar,
esa
mujer como de estampas, los ojos bajos
y el
olor a pan ya cebolla.
O la
otra, la que programa su vida según la moda,
desparramada
al sol como un lagarto lustroso cada verano
para
que aprecien el soberbio culo
y
nunca nada más que eso,
o la
mujer de alguien con los labios pintados y la sonrisa
muerta,
porque
no pude entender que mi lugar
era
junto al fuego,
detrás
de la ventana
y
quise ser parte del otro mundo
y
opinar y tomar partido y amar porque tengo ganas
y ser
amada porque acá adentro hay otra mujer
que no
necesita
que le
ofrezcan sillas
y que
no reniega de su sexo, pero sí de sus disfraces,
una
mujer que cuando llora no es de "femenina"
sino
porque hay algo que me duele.
y estoy
harta de verme en las novelas
en los
libros y en la calle, siempre en pueriles historias
de
hombres y mujeres
que malinterpretan y destrozan el amor.
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