Una noche en la colonia Nápoles
Una noche cualquiera, un lunes de junio
por la azotea sopla un viento limpio-
todo lo limpio que puede estar en esta ciudad-
pasan las nubes como en una película de Scorsece,
suena la música en mi taller:
Terminé un cuadro.
Me maravilla, una vez más,
como puede salir de una tela en blanco
algo.
Algo que tal vez sea solo la "máscara mortuoria de una idea"-
diría el pesimista de W. Benjamin,
pero igual me reconforta y me alegra.
Y en la tela está una mujer
acostada sobre un fondo verde
sonriendo, relajada,
por un momento feliz.
No me le parezco, pero soy ella.
Pincelada a pincelada logré decir algo que pienso:
Me bastan esos momentos
aunque sean pasajeros como el viento
para saber que la felicidad también existe.
Y con eso alcanza.
por la azotea sopla un viento limpio-
todo lo limpio que puede estar en esta ciudad-
pasan las nubes como en una película de Scorsece,
suena la música en mi taller:
Terminé un cuadro.
Me maravilla, una vez más,
como puede salir de una tela en blanco
algo.
Algo que tal vez sea solo la "máscara mortuoria de una idea"-
diría el pesimista de W. Benjamin,
pero igual me reconforta y me alegra.
Y en la tela está una mujer
acostada sobre un fondo verde
sonriendo, relajada,
por un momento feliz.
No me le parezco, pero soy ella.
Pincelada a pincelada logré decir algo que pienso:
Me bastan esos momentos
aunque sean pasajeros como el viento
para saber que la felicidad también existe.
Y con eso alcanza.
Lindo!!!!
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