Los días felices
Eran los días felices de cuando el verano era eterno
cantando de cara al viento, los pies de arena
Los días del amor recién estrenado
de las palabras nuevas.
La época en la que creía que dios especialmente
ponía la luna en mi ventana
y me abría la puerta para comerme la vida.
Yo fui feliz
fui tan feliz
Después alguien dijo "basta"
y de un golpe se me murió la risa,
pero acá sigo aferrada a los días que me quedan,
desterrada y triste
vagando a tientas por las ruinas
de lo que fue mi vida
llevando entre los dientes la bandera blanca
rogando de rodillas a mi dios sordo y mudo
que me de una tregua.
Eran los días felices
y aunque soy una viajera que se aleja cada vez mas
de su propia ciudad dorada
me acompaña, ¡todavía!, el calor
de todos esos soles lejanos.
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